Señor, en esta ocasión vengo a rogarte que me regales la suerte necesaria para tener estabilidad en mi empleo.
Acompáñame cada día, por favor.
No dejes que nada ni nadie me arrebate la alegría de tener un trabajo digno y bien remunerado. Que mi deseo de trabajar sea más fuerte que las dificultades.
Tú que todo lo ves y todo lo sabes, comprendes que tengo un buen empleo. Por eso, te solicito que me ayudes a conservarlo.
Padre Eterno, en tus manos encomiendo mi trabajo, porque sé que bajo tu amparo no sufriré por la escasez ni la pobreza. Amén.